Un buen libro cristocéntrico, que nos lleva a través de la senda de la Cruz, del sufrimiento, del dolor. Escrito por alguien que ha experimentado su cuota de los sacrificios de Cristo en Su pasión, Getsemaní, crucifixión, sepultura y resurrección; es decir, una crucificada levantada en victoria y, por tanto, autorizada para hablarnos de la Cruz. Si está dispuesto a ser valiente e inscribirse en La Escuela del Dolor, y mirar al dolor cara a cara para poder experimentar la gloria de la resurrección, este libro le ayudará mucho.
José María Armesto, un lector en España.
Este libro es un soplo de aliento para nuestra vida.
Claudia Vargas, lectora.
Cuando leí esté libro, medité en la forma en que nuestro Padre Celestial, en su sabiduría y amor, saca provecho del dolor y del sufrimiento, a veces llevado al extremo o hasta dónde el Señor sabe que podemos soportar, para sacar lo mejor de nosotros. En el sufrimiento a veces no entendemos por qué nos está pasando eso, pero después pasado el tiempo, agradecemos a Dios por lo que permitió. Un gran libro que deben leer.
Piedad Hortensia Navarro, lectora.
