Quisiera mostrarte mis credenciales, pero hace mucho tiempo renuncié a ellas. Todo lo que un día había conocido de Dios fue transformado, mi teología dio un giro de ciento ochenta grados. Derribó todas mis concepciones acerca de Él y me llevó hacia el desierto. Encontré una vida más profunda en Dios, lejos de los muros de la religión, ahora camino con Él en la cotidianidad de mi vida. Y de ese caminar nace lo que escribo. 

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He escrito y autopublicado cinco libros que Dios usó para tocar mi vida y la vida de otros. En la Escuela del Dolor, Como el Lirio entre las Espinas, De las Tinieblas a Su Luz, Amor Desbordado y Las Batallas del Corazón. Tengo un blog aquí mismo y algunos podcasts. 

 

Después de haber sufrido un dolor muy profundo, la muerte de mi Manolo, mi esposo y mi compañero de vida a causa del cáncer en el año 2010, comencé a escribir en el 2013. 

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Dios utilizó mi experiencia para enseñarme acerca de sus caminos. Él me encontró en medio de mi sufrimiento, me consoló, me mostró su infinita fidelidad y su gran amor, encontré en Dios el motivo para seguir adelante y me dio las fuerzas que necesitaba para ponerme en pie y plasmar todo lo que Él me estaba enseñando.

 

Esto no fue fácil y casi muero en el proceso. 

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Comparto de mi experiencia con Dios para que descubras el gozo de vivir en su vida. Escribo para que puedas experimentar su consuelo en tus más duras circunstancias, para que encuentres su fuerza en tus más recias batallas. Dios ha tenido misericordia de mí y he sido sostenida por su gracia, mi deseo es que lo veas a Él y no a mí. Anhelo que te enamores de Jesús, que veas su absoluta soberanía en todo lo que sucede en tu vida, que Él sea exaltado en tu corazón en medio de tu diario vivir y que tengas una relación profunda con el Señor.

 

Deseo que tengas esperanza, que seas edificado, consolado y animado a través de estas lecturas, que Él sacie tu hambre y tu sed de Él. 

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Mi vida pasada tiene muchos momentos difíciles y dolorosos, con grandes pérdidas y fracasos, pero el Señor me llevó de su mano en cada instante, su gracia me  levantó. Dios ha llenado los vacíos de mi corazón y ha sanado mis heridas. Ha restaurado mi vida y redimido mis peores momentos. Y también lo puede hacer en ti. 

 

En Cristo, encontré todo lo que necesitaba, su bandera sobre mí fue amor y le pido  que tú encuentres en Él todo lo que necesitas y lo que te hace falta. 

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La vida nunca será perfecta, siempre habrá momentos difíciles en el camino, las  adversidades del ayer serán reemplazadas por nuevas. La felicidad y la tranquilidad que hoy podemos disfrutar pueden deshacerse en cualquier instante; sin embargo, todo tiene un propósito en sus manos, aunque nos parezca imposible. En medio del caos, Dios nos invita a descansar en su fidelidad y en su infinito amor. El pasado no es posible cambiarlo, pero vivir clavados en él nos paralizará por completo. 

 

Dios es el Dios de los nuevos comienzos.

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Y quiero decirte con toda seguridad que, no existe una pena en este mundo que Jesús no pueda consolar, es posible seguir adelante a pesar de toda pérdida. Dios desea tomar las heridas profundas de tu corazón y sanarlas por completo, desea tomar tus aflicciones más lúgubres y hacer de ellas oportunidades de mostrar su poder. Su amor llega hasta el pecado más profundo y lo arranca de raíz. Dios desea llevarte a una vida más profunda en Él.

 

Cristo es el nuevo AMANECER en el horizonte. 

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La muerte de Manolo me abrió un camino hacia la escritura, algo que nunca imaginé o esperé. Descubrí mi pasión por escribir para Dios (mi público de Uno) y para bendecir a otros con Sus Palabras. Le pido a Él que encuentres Sus huellas en cada escrito y que ministre a tu corazón mientras lees.  

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Con amor,

 

Adriana. 

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