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Adriana Lelión

LA LUCHA DE SANGRE 2 Samuel 12:20


Cuando la voluntad de Dios nos ha sido revelada, comienza la batalla por aceptarla, por encima de nuestras concepciones, de nuestra voluntad. En esta oportunidad le tocó a David, una lucha del corazón, siete días de oración y ayuno que se gastaron en una batalla por aceptar la voluntad de Dios. Y cuando murió su hijo por voluntad de Dios, se puso en pie con una serenidad absoluta, porque simplemente se había rendido, solo un hombre rendido completamente a la voluntad de Dios, puede aceptar con calma lo que viene de parte de Él .
La lucha de Jesús en el huerto de Getsemaní, fue una lucha de sangre, Su sudor fue como grandes gotas de sangre, luchó en oración tres veces a causa de su intensa agonía ante la voluntad de Dios, pero cuando por fin se rindió por amor a Su Padre, les dijo "aquí estoy, soy yo el que buscan",  firme como una roca, tranquilo, sereno, puso Su rostro como un pedernal y fue a la cruz.
Solo a través de la cruz llegamos al final de nosotros mismos. El resistirnos prolonga la agonía, pero cuando nos rendimos y tomamos nuestra cruz, encontramos que solo a través de la muerte alcanzamos la victoria.
"...porque la paciencia os es necesaria, para que, habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa". Hebreos 10:36

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