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Adriana Lelión

BIENVENIDO 2024



Te doy la bienvenida al 2024 y a este blog.

 

Me di un pequeño descanso, hasta ahora retomo la escritura. Mis ojos estaban muy cansados, me dolían, la luz del sol me molestaba y ni lágrimas producían. Cuando pasas tanto tiempo en el computador hay que parpadear y hacer pequeños descansos mirando hacia la lejanía para que los ojos descansen, y a mí se me olvida. Espero que a ti no se te olvide.

 

Me ocupé de organizar mis cajones, sacar ropa que ya no uso para obsequiarla a quien sí la va usar, romper papeles, organizar documentos, limpiar correos, organizar las carpetas del computador, hacer copias de seguridad de fotos y archivos, en fin, de todo un poco. Siempre hago esto antes de terminar el año, es una rutina que me gusta y me libera. ¿Tú también lo haces? Espero que sí, es muy liberador.

 

El exterior es un reflejo de nuestro interior, así que también debemos permitirle al Señor sacar de nosotros lo que no sirve, pensamientos, creencias, conceptos, sentimientos y emociones que dañan, que no edifican, que nos alejan de Él y roban nuestra alegría y la paz de nuestro corazón. 

 

Comenzó un nuevo año y ¿te digo una cosa? No planees nada. Deja que Dios te sorprenda. Algo que no querías escuchar, quizás, lo sé y lo siento. Siempre estamos planeando, decretando e imaginando en torno a nuestros deseos, sueños, anhelos y metas para el futuro. Nos gusta mantener el control. Dios es el Gran Arquitecto y es Creador por naturaleza, Él es quien elabora los diseños, da los materiales y construye a su manera. No hicimos nada para crear este vasto universo, así que Dios no nos necesita para llevar a cabo sus planes, Él es autosuficiente, aunque sí desea que participemos en lo que Él está haciendo. Dios Padre desea que nos involucremos, sin embargo, no necesita de nuestras fuerzas ni nuestros recursos para llevar a cabo nada.

 

Subestimar la soberanía y su amor en medio del caos, es ser atrevidos. No podemos controlar nada. Todo obra de acuerdo a su voluntad. No sabemos qué rumbo tomará nuestra vida en este 2024, no sabemos los caminos que el Señor nos llevará a transitar y que Él ha elegido para nosotros. ¿Cuándo aprenderemos que no somos dueños de nuestro camino? Nos faltarán muchos tropezones para entenderlo. Pedirle a Dios que bendiga nuestros planes es absurdo y arrogante, más bien, ¿por qué no le preguntamos cuáles son sus planes para este 2024? Y pidámoslo que nos ajuste a sus planes y que nos permita participar en ellos.

 

Entreguemos nuestras agendas, metas, planes y proyectos en sus manos para nuestro año nuevo y dejemos en Él el control de nuestra vida, no somos dirigidos por el azar ni por la casualidad, alguien más grande que nosotros nos dirige. Dejemos nuestras expectativas en Él, Dios nunca nos defraudará, dejemos que nos sorprenda como solo Él sabe hacerlo, sin esperar que las cosas sucedan como creemos que sucederán.

 

Pero no me malinterpretes, no está mal en hacer una planificación de nuestras actividades o tener sueños, yo tengo sueños que estoy esperando que se realicen y ya hice mi cronograma de actividades; no obstante, todo lo rendí a Él y sé que todo puede cambiar.  

 

Brennan Manning escribió: “Que todos tus planes se vean frustrados. Que todos tus deseos se marchiten hasta la nada. Para que puedas experimentar la impotencia y la pobreza de un niño y cantar y bailar en el amor de Dios Padre, Hijo y Espíritu”.

 

Ese es nuestro Dios, Él arruina nuestros conceptos, planes, propósitos, maneras, formas y todos lo demás para crear algo nuevo para su gloria y para nuestro beneficio. Si has conocido al Dios que yo conozco sabes que así es y si no conoces cómo actúa, créeme, te dejará perplejo y hasta confundido. Cuando has conocido al Señor y sus caminos, no te sorprenderá que actúe de esta manera. Dios es experto en derribar nuestros planes para darnos algo mejor.

 

No podemos planificar la vida, no podemos decir hoy hago esto y mañana hago lo otro, las circunstancias cambian a la vuelta de la esquina. Pero cuando entregas el control de todo en sus manos, estarás gozoso aun en medio de la tormenta, harás abono con el estiércol que las circunstancias te arrojen en el camino. El Señor está de nuestra parte y en control de todas las cosas.

 

Conocerlo te llevará a enfrentar todo lo que llegue con sus fuerzas y por el poder de su amor. Tienes una vida, la vida de Cristo, no la desperdicies en tus propios asuntos y deja que el Señor guíe tus pasos y te ciña para caminar este 2024 de su mano. No importa qué suceda. La Vida se encuentra en el desarrollo de su propósito y la muerte en nuestra terca voluntad de hacer las cosas a nuestra manera.

 

Feliz año querido amigo, querida amiga, feliz regreso a estas cartas y a este blog que Dios creó para ti. Tengo grandes expectativas por lo que Dios hará contigo y conmigo. Tenemos un largo camino por delante. Disfruta cada momento que Dios te brinde y da gracias por todo.

 

Que encuentres en el Señor el motivo de caminar por este 2024, que Dios te sorprenda de nuevas maneras, que tu relación con Dios dé un giro interesante y vivas un eterno romance con Jesús, que estés atento a los susurros de su voz y a los empujones de su Espíritu. Que el Señor te lleve más profundo en Él, en su gozo, en su paz, en su gracia, en su descanso, en su amor ilimitado y te muestre su soberanía como nunca la has visto antes.

 

Deja que Dios escriba tu historia para este año, Él es Hacedor de caminos.

 

Conozco, oh SEÑOR, que el hombre no es señor de su propio camino, ni del hombre que camina es el ordenar sus pasos. Jeremías 10: 23

 

Hasta la próxima.


A. L.

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