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Adriana Lelión

¿DE QUÉ ESPÍRITU SOMOS?


Tomado de www.pixabay.com


“Viendo esto sus discípulos Jacobo y Juan, dijeron: Señor, ¿quieres que mandemos que descienda fuego del cielo, como hizo Elías, y los consuma? Entonces volviéndose él, los reprendió, diciendo: Vosotros no sabéis de qué espíritu sois; porque el Hijo del Hombre no ha venido para perder las almas de los hombres, sino para salvarlas. Y se fueron a otra aldea”.

Lucas 9: 54 – 56


No se debería nunca por ningún motivo persuadir a los hombres a llegar a Dios amenazándolos con la ira, pues la ira es su amor a la inversa. El amor de Cristo no es solo para aquellos que son fáciles de amar sino para aquellos que son difíciles y complicados, ¡es un amor a la máxima potencia!


Somos tan indulgentes con nosotros mismos, pero implacables y severos con los demás. A veces esta clase de afirmaciones, oraciones y demás nacen de un corazón duro, que ha dejado que la amargura anide en su más íntimo ser.


Aren la tierra de sus corazones, porque ahora es tiempo de buscar al Señor para que él venga y haga llover justicia sobre ustedes. Oseas 10:12


Las personas de corazones duros son personas que están lidiando con cosas de su pasado, están atascados con situaciones de su ayer y no las han podido resolver, son personas quebrantadas que tienen que lidiar con su dolor. El Señor nos invitó a ir a Él cuando estemos trabajados y cansados, y nos prometió su descanso.


Son personas que no saben perdonar, faltos de misericordia, llenos de ira incontrolable y orgullo espiritual, su pensamiento es: “todos están equivocados y solo yo tengo a la razón”; es más fácil echarle la culpa a los demás y no ver nuestra propia equivocación, es más fácil ver la paja del otro, que ver mi propia viga. La religiosidad, el legalismo deja afuera una relación viva con el Señor Jesús para abrazar la rigidez de la letra sin la vida del Espíritu, son mentes rígidas y arrogantes con falta de amor a los demás.


“Andad pues, y aprended qué cosa es: Misericordia quiero, y no sacrificio; porque no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores al arrepentimiento”. Mateo 9:13


“… de gracia recibisteis, dad de gracia”. Mateo 10:8

Como dijo Frank Viola: Cuanto más se acerque alguien a Jesucristo, menos crítico, riguroso, severo con los demás y egoísta será.

El Seños nunca nos obligará a nada, pero Él tiene sus maravillosas formas y sus estrategias para conquistar un corazón roto y duro que está lidiando con su propio dolor.


Señor suaviza nuestro corazón con tu bondad y amor, suaviza nuestras palabras hacia los demás, porque la blanda respuesta quita la ira. Rescátanos de la amargura, de la falta de perdón, sana las heridas de nuestro corazón y arranca esas espinas que están enterradas en los más profundo de nuestro ser. Sácanos de la oscuridad de la religiosidad y de la dureza del corazón, y llévanos a la luz de tu vida y de tu amor.

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