“Aunque seas un humilde gusano, oh Jacob, no tengas miedo, pueblo de Israel, porque yo te ayudaré. Yo soy el Señor, tu Redentor. Yo soy el Santo de Israel”. Isaías 41:14.
Hoy es un día para agradecer el infinito amor de Dios y Su misericordia. Años luchando con el colon irritable y hoy puedo ver Su victoria sobre esto. Meses, muchos meses lidiando con el insomnio a punto de volverme loca, quienes han vivido esto, saben de lo que estoy hablando, y ahora cuando cada noche duermo profunda y despierto renovada puedo ver la fuerza de Dios en mi debilidad. A pesar de que tengo un mal diagnóstico de columna, aquí sigo fortalecida por la mano de Dios, camino, bailo y puedo seguir escribiendo, pues Su poder es grande en mi vida.
Mientras escribo esto, observó el cielo azul por mi ventana y no dejo de maravillarme ante la grandeza del Señor, no somos nada delante de Él y sin embargo Dios piensa en nosotros, nos cuida y nos ama con amor eterno.
¿Hay algo difícil para Dios?, nada, todo es posible para Él, aun el dolor más grande puede ser sanado por el amor de Dios, Dios ha sido bueno conmigo, no porque lo merezca, sino porque al Él le place amarnos a pesar de todo. ¿Cuál es tu dolor?, ¿cuál es tu necesidad?, para Dios no hay nada imposible.
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