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Adriana Lelión

EL PAN QUE SACIA JUAN 6:48


YO SOY el pan de vida. Juan 6:48 JBS

Hablamos de la venida de nuestro Señor, no sabemos el día y la hora, sabemos que el tiempo está cerca, nuestros días están contados, pero como vivamos ahora, si importa a la luz de la eternidad, entonces deberíamos vivir de tal manera que demostremos que estamos listos, pero si Jesús no es nuestra satisfacción ahora, ¿cómo lo será en Su venida? 

Encontrar en Él nuestra satisfacción aquí y ahora marca la diferencia, no es que no anhelemos otras cosas; sin embargo, hemos hallado que en Él se encuentra la plenitud y no tenemos el deseo de salir de allí por cualquier cosa.

Él es el pan que sacia nuestra existencia, tenerlo a Él significa que no tendremos hambre nunca más; seguir doctrinas, hombres, religiones, teología, nos dejará vacíos; no obstante, saciarnos de Él lo será todo.

Somos rotos en diversas situaciones para que veamos nuestra insuficiencia y que esa angustia nos lleve a ver que en Jesús lo tenemos todo, si lo perdemos nos quedamos sin nada.

Entender que solo Él tiene palabras de vida eterna, que solo a Él lo tenemos en el cielo y que fuera de Él no hay nada en la tierra, que preferimos un día en Su vida que mil días fuera de Él. El camino a esa satisfacción plena es el camino de la obediencia sin reserva y sin demora a Su voluntad revelada a nosotros. El alimento de Cristo era hacer la voluntad de Su Padre, que ese sea el nuestro también, hasta saciarnos y deleitarnos. 

"Jesús les dijo: Mi comida es que haga la voluntad del que me envió y que acabe su obra" Juan: 4:34.

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