El Señor es mi pastor [para alimentarme, guiarme y protegerme], nada me faltará. Salmo 23:1 versión AMP
Esta verdad enternece mi corazón, Dios utiliza sabiamente los símbolos para darnos a conocer Sus caminos. Él me ve como Su oveja y Él es mi pastor.
Las ovejas son conocidas por su visión corta y porque es difícil que se queden cerca de su pastor, son tercas, así que el reto de su pastor es hacer que ellas se queden a su lado y obedezcan, ya que si no es así, los depredadores harían fiesta con ellas.
Aquí es donde el Señor tiene que disciplinarnos para hacernos sumisos a Su voz y que nos mantegamos dependiendo de Él, pegados a Él, ahí es donde el trabajo de la cruz es tan necesario en nuestras vidas.
Solo Él conoce a Sus ovejas y ellas aprenderán si o si a oír Su voz, Él es paciente y lo hará con Su amor inagotable. Su vara y Su cayado es para guiarnos y protegernos, no importa el valle de profunda oscuridad que estemos pasando, Él nos guía.
Dejemos que Él haga el trabajo de la cruz en nosotros y entonces aprenderemos a oír Su voz y a no desprendernos de Él ni un solo momento. El gozo del Señor y el nuestro será cuando aprendamos a no seguir nuestro propio camino, sino a dejar que Su vara nos guíe por el Suyo.
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