Este año cumplí cinco años de haber terminado de escribir mi primer libro, y esto me ha hecho reflexionar sobre muchas cosas; las situaciones de la vida diaria son utilizadas por el Señor para darnos grandes enseñanzas, pues la manera cómo hacemos una aprehensión de Cristo es por la experiencia. Usted puede tener mucho conocimiento teológico y, sin embargo, no saber nada de Él, puede llegar al final de sus días y darse cuenta que nunca conoció al Señor.
Dios me ha dado lo que no pedí, porque aquello que pedí, no me fue dado. Ha sido una lección dura de aprender, cada vez que mis oraciones se oponen a Sus propósitos, mis oraciones no son respondidas, si Dios lo hiciera así, me echaría a perder. Muchas veces Dios respondió de acuerdo a los deseos de mi corazón y la derrota fue absoluta, y Dios permite a veces esto, para que veamos las consecuencias de nuestros propios deseos. Orar de acuerdo a nuestro propio corazón, es tropezar y caer, nuestras oraciones son para conocer la mente de Dios y Su voluntad, y para que nos dé la gracia suficiente para hacer esa voluntad revelada.
Dios trata con los ídolos de nuestro corazón, y no es fácil para nuestra carne; Dios me ha permitido escribir tres libros y voy en el cuarto, he escrito en el blog y tengo una página web, pero Dios ha tenido que trabajar duramente en mi corazón para que no haga de esto un ídolo, mi carne hubiera querido ser reconocida en el mundo editorial, pero mis libros son leídos por gente que realmente está buscando una palabra limpia en medio de tanta mezcla que existe, por gente que ama a Dios de una manera sencilla o porque tal vez me tienen aprecio y no quieren hacerme sentir mal, por lo que sea, Dios no ha permitido que haya ido mucho más porque sabe que me echaría a perder en la vanagloria de este mundo.
He clamado por una oportunidad editorial, pero hasta ahora Dios ha dicho no, y Él ha sido el proveedor de todo, ha sido mi agente literario, mi editor y todo lo demás. Ha sido mi maestro y me ha dado cátedras de cómo escribir. Dios se ha llevado el crédito de cada escritura y ha sido mi público de Uno. Dios está interesado en mi corazón más en que ser aclamada y famosa a través de mis escritos. La fama es efímera y adictiva, y entre más aclamaciones recibes, quieres más y más y no te sacias, y eso no lo ha permitido el Señor en mi vida, me ha dejado en la sombra para que Dios sea aclamado.
Esto es un golpe certero a la carne y a la vida del yo, las plataformas dañan el corazón, el camino para los siervos de Dios no es el camino del reconocimiento ni de la fama, es el camino estrecho y solitario muchas veces, y entre más vemos que el sistema del mundo es solo una ilusión vana, más valoramos la voz dulce y apacible del Espíritu Santo a nuestra vida en el secreto de nuestro corazón. El prestigio grita desde las aceras y desde los púlpitos, pero la voz de Dios clama desde las profundidades del ser en la quietud del espíritu.
He tenido que aprender a caminar por caminos que no son llamativos a mi carne, Dios me ha llevado por un camino estrecho, difícil y solitario, pero estoy agradecida porque hasta aquí me ha traído el Señor, quizás un día me levante por la mañana y el Señor me diga que ya no quiere que haga más esto, pero esto es lo que el Señor ha querido que haga hasta ahora y no ha sido fácil. Dios ha tratado conmigo y ha permitido la crítica, escuchar cosas como: “¿no tienes algo mejor que hacer en tu vida?, eso no te da dinero, ¿por qué lo haces?, ¿con qué autoridad?, ¿bajo qué cobertura?” y muchas cosas más; sin embargo, Dios me ha permitido mantenerme firme porque Él ha sido mi respaldo y estoy bajo Su cobertura. El día que no me requiera más en esto, me pondré quizá a vender los libros de alguien más o a trabajar en otra cosa.
Estoy agradecida con Dios por haberme permitido hacer esto por Su amor y misericordia, estoy agradecida por no darme lo que he pedido, por todas esas lágrimas que he derramado cuando he sido criticada, rechazada, juzgada, malinterpretada y hasta adulada, porque cada vez que alguien me adula sé que algún día esa misma persona quizás me traicione, porque lamentablemente así es. Agradecida por las veces que alguien nombra a otros autores y mi nombre no lo tiene en cuenta, pues es usado como un instrumento de Dios para matar mi orgullo, agradecida por esos momentos oscuros en mi vida porque allí he visto la gracia de Dios y Su fuerza obrando. Agradecida con el Señor, ya que si hubiera perseguido el éxito y la fama a cualquier precio hubiera perdido mi corazón.
El camino de Cristo es un camino estrecho, Él dijo “YO SOY el camino”, pero el camino no es ancho, es muy estrecho, el deseo de Dios es conformarnos a la imagen de Su Hijo y que Cristo tenga la preeminencia en todas las cosas, Dios nos revela a Su Hijo y este es el camino estrecho por el cual debemos transitar para alcanzar la Vida, la Vida de Él y no la nuestra, Él es la puerta estrecha por donde entramos a transitar este camino, Dios nos cambia desde adentro hacia afuera, es un proceso de transformación para expresarse a través de nosotros, cada ídolo del corazón debe ser derrocado y esto a la carne no le gusta, poner la mano en el arado y mirar atrás no nos hace aptos para Su Reino, ese camino estrecho nos lleva a Cristo para que Él sea todo en todos, y ese es el fin de Dios, por esto los tratos de Dios tan duros con nosotros. Este el verdadero discipulado.
Sé que ustedes que me leen pueden estar sufriendo cosas más duras y más fuertes de las que yo puedo estar pasando o haya pasado, pero este es el camino estrecho y cada uno será tratado de manera particular. Dios sabe que cada día debe tratar con mi naturaleza que quiere ser notada, Dios debe salvarnos de nosotros mismos en la cotidianidad de nuestra vida, anhelo que Dios sea glorificado en cada cosa que escribo y oro para que sea así, anhelo seguir sentada a Sus pies, escuchando Su voz y que el crédito se lo siga llevando Él, Cristo es el tesoro más grande que podamos tener, muchos necesitan urgentemente que sus ojos sean abiertos para que descubran el tesoro que es Cristo, nada en este mundo se compara a Él.
Mi motivo de escribir es Él y para que otros se enamoren de Cristo.
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