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Adriana Lelión

IR AL PASO DE JESÚS MARCOS 10:32


"Y estaban en el camino subiendo a Jerusalén; y Jesús iba delante de ellos, y se espantaban, y le seguían con miedo; entonces volviendo a tomar a los doce aparte , les comenzó a decir las cosas que le habían de acontecer" Marcos 10:32


Seguir el paso de Jesús no es fácil. Ellos tenían miedo, porque perder nuestra propia vida por causa de él, causa terror a nuestra naturaleza. El hombre siempre quiere tener el control de todo; sin embargo, desligarse de ese control y cederlo a otro no es divertido. Para ganar la vida de Cristo hay que perder la nuestra y perder duele, pero si no doliera, ¿cuál sería el precio?


Mi propia vida tiembla cuando voy detrás de Jesús siguiendo sus pasos, porque sabe que tendrá que disminuir cada vez más para que Cristo aumente.


Dejar de actuar cuando quiero hacerlo, callarme cuando quiero hablar, desprenderme cuando quiero aferrarme, olvidar cuando quiero recordar, recordar cuando quiero olvidar, reír cuando quiero llorar, bendecir cuando quiero maldecir, amar cuando quiero odiar, perdonar cuando no quiero hacerlo, dejar ir cuando quiero retener, soltar cuando quiero tomar, irme cuando quiero quedarme, orar y no recibir respuesta...todo esto hace parte de llevar mi madero cada día y seguirle.


La disminución del yo es lenta, progresiva, en silencio, en lo más íntimo. Se necesita el aumento de Cristo tanto como la disminución de nosotros mismos, el uno no puede existir sin el otro.


Ana recibió respuesta y nació Samuel, pero no siempre Dios responderá, no siempre el Señor cederá.


¡Oh, si tan solo nos sentaremos a tu derecha y a tu izquierda en tu gloria! Pidieron a Jesús dos de sus discípulos. No saben lo que piden, les dijo Jesús, pero sí les aseguró que beberían de su vaso, el vaso de la negación y la muerte a su propia vida.

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