top of page

NADANDO EN CONTRA DE LA CORRIENTE


Tomado de pixabay.com

No es fácil nadar en contra de la corriente. Así me he sentido en muchos momentos. Vivir entre gente que tiene una visión más legalista de Dios, es llevar un peso en el corazón y caminar como entre minas personales ―si dices algo que no cuadra en sus concepciones doctrinales, te explotan en la cara―. Seguir a Jesús en sentido opuesto de las sensibilidades religiosas es recibir pedradas como Esteban. Esteban tocó algo sagrado, repudió todo este sistema terrenal, tocó su templo (Dios no habita en templos hechos de mano de hombre, Hechos 7: 48) y por esto lo aborrecieron y lo mataron, ¿acaso el perro no te muerde si le quitas su hueso? Esteban vio que todo lo terrenal se había convertido en algo espiritual, que todo había sido una sombra del Señor Jesús y que Cristo ahora lo llenaba todo. ¿Avanzaremos hacia lo espiritual o nos quedaremos en esto terrenal? Pero, te advierto que si avanzamos hacia el carácter espiritual en esta dispensación se desatará la furia del sistema religioso, incluyendo la furia de muchos que dicen ser nuestros hermanos en Cristo. Esta batalla será costosa, nos arrojarán piedras y seremos enviados al ostracismo. Y como escribió Wayne Jacobsen: Seguir a Jesús hoy no es fácil, especialmente cuando los poderes religiosos cuestionan tus motivos, descartan lo que estás aprendiendo sobre Jesús o te acusan falsamente para marginarte. Sí, seguir a Jesús en estos momentos es muy costoso y más si no haces parte de la institucionalidad. Dirán que somos herejes o que estamos en una secta y por eso mismo murió Esteban. No es una palabra alentadora y muchos prefieren seguir en el conformismo de este sistema religioso, pero si hemos visto al Hijo del Hombre en nuestro corazón como lo vio Esteban, si hemos comprendido que Él llena todas las cosas, si hemos entendido que el Padre busca la preeminencia de Su Hijo en nuestros corazones para que Jesús sea suficiente y sea nuestra única vida, si tenemos claro que somos un organismo vivo cuya cabeza es Él y que Él ya no habita en templos hechos de mano de hombre; entonces, no temamos, pongamos nuestra mirada en el Señor y su gracia brillará en nuestros rostros aun en medio de la persecución, del rechazo o el aislamiento.


Hasta la próxima.


A.L.

 
 
 

Comments


bottom of page