El Señor sabe cuán necesarias son las adversidades en la vida, allí vemos Su gloria como en ningún otro lugar, Su gracia va más allá de nuestras capacidades y nuestra fuerza natural.
En la comodidad y en la vida fácil qué difícil es deleitarnos en Él y buscarlo insistentemente.
Buscarlo a Él es un desafío cuando no morimos de hambre. Envió las adversidades no para matarnos, castigarnos o abandonarnos, las envió para rodearnos con su amor y que nuestros ojos lo vieran en mayor profundidad
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