Vemos mucha gente en la cristiandad tratando de ser algo que no son, llenando listas de chequeo para Dios, esforzándose por algo que ya Cristo conquistó, tratando de vivir su vida cristiana a su manera, vistiendo de cierto modo, comiendo determinados alimentos, haciendo ciertas cosas para agradar a Dios, hablando de alguna forma, etc. Y créanme, todo esto es asfixiante.
Estamos tan ocupados de hacer la voluntad de Dios a nuestra manera, de llenar los requisitos de Dios, ocupados con nosotros mismos que olvidamos que todo está en otra vida, no es lo que somos o hacemos, es lo que Él es y lo que Él hace en nosotros y a través de nosotros, ese es el descanso de nuestra alma. Sin embargo, vivimos escarbando dentro de nosotros para llenar los requisitos de Dios, cuando ya hay Alguien que los llena por completo.
Solo entregándonos por completo a Él y dejando que nos vacíe de nosotros mismos, Él podrá hacer su voluntad en nosotros y podrá darnos todo lo que necesitamos para hacer lo que es agradable para el Señor, nunca lo podremos hacer con la fuerza de nuestra voluntad, porque no se trata de nosotros, todo se trata de Él.
Es más de Él y menos de nosotros, eso es ser reducidos a Cristo, y solo a través de muchos fracasos en nuestros intentos de querer agradar a Dios a nuestra manera, es que aprenderemos a descansar en su labor en nosotros, para hacer lo que Él quiere que hagamos y ser lo que Él quiere que seamos en la vida de Cristo.
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