El fariseo puesto en pie, oraba para sí de esta manera: «Dios, te doy gracias porque no soy como los demás hombres: estafadores, injustos, adúlteros; ni aun como este recaudador de impuestos. Yo ayuno dos veces por semana; doy el diezmo de todo lo que gano». Lucas 18: 11 - 12
"El debes y no debes". Dentro de nosotros habita un pequeño fariseo que debe ser arrancado, un legalista personal camuflado en los rincones del alma que debe ser destruido. Solo hay una manera de hacer las cosas y es a la manera de Cristo; solo hay una medida y es la Estatura de Cristo.
La vara de medir de Dios es el mismo Señor Jesús, fuera de Él no existe nada. No es por lo que somos o hacemos, es por lo que Cristo es en nosotros y son las obras que Él hace a través nuestro.
Después de que Lázaro resucitó, las cosas se pusieron muy pesadas para él, pues a los religiosos les dio escozor. Es más fácil vivir bajo "el debes y no debes", que bajo la vida de Resurrección.
¡Cuánto vaciamiento necesitamos! ¡Cuánta disminución es necesaria! Necesitamos el calor de su gloria para que la nuestra se derrita por completo. Debemos ser salvados cada día de nosotros mismos y de esa necesidad de ser correctos a nuestra manera.
Nada de lo que hagamos nos hará más santos y menos pecadores, solo a través de Su vida forjada en nosotros y vivida por Él seremos lo que Dios quiere que seamos y haremos lo que Él quiere hagamos. Dios ya no hace lista de chequeos con nosotros.
Ser moldeados a su imagen no depende de nosotros, es su responsabilidad y lo hará mientras lo amamos, mientras caminamos con Él en la sencillez de la vida diaria, mientras nos rendimos a sus tratos y descansamos en Su vida resucitada.
Hasta la próxima.
A. L. 🦋
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