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Adriana Lelión

SU PRESENCIA QUE CALMA CUALQUIER TEMPESTAD



La presencia de Dios se siente tan alcochadita cuando las piedras del camino molestan nuestro andar. Mientras las circunstancias de la vida nos golpean y las corrientes turbulentas pueden arrastrarnos, la presencia de Dios es inmutable y permanece quieta y callada en medio de cualquier tempestad.


Una vida con Dios no nos promete menos angustias, nos promete que a pesar de las angustias Dios será nuestro soporte si ponemos nuestra confianza en Él. Él no nos prometió una vida libre de problemas y dificultades, nos prometió su presencia.


Todo obra para bien y nada es para siempre, las dificultades son transitorias como las estaciones climáticas y aunque no escaparemos de ellas mientras vivamos en esta tierra, su amor nos llena.


¡Su presencia es el nuevo amanecer de cada mañana!

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