Pablo tenía un aguijón en la carne y clamó pidiendo que se le quitara, sin embargo, la respuesta a su oración no fue la que él esperaba; solo se le dijo: "Bástate mi gracia porque mi poder se perfecciona en la debilidad". Pablo solo contaría con la gracia de Dios para soportar ese aguijón.
Esto me recuerda los aguijones que Dios me dio y que quiero que sean quitados, deseo evitarlos, y el Señor me dice lo mismo que a este Apóstol: "Bástate mi gracia". Sé que todavía no he muerto a muchas cosas y cuando este aguijón pica, compruebo que todavía estoy viva, porque a un muerto ya no le pica nada, nada le molesta, ya nada le perturba.
Dios no busca gente fuerte para cumplir con sus propósitos , busca gente débil para mostrar su fuerza a través de ellos. Y estos aguijones debilitan nuestras fuerzas y toda nuestra vida natural, para que el Señor obre su potencia en nosotros.
¿Cuáles son tus aguijones? Apóyate en su Gracia para soportarlos, Él obrará su poder en ti.
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