Y el que no toma su [una] cruz [expresando una voluntad de soportar lo que pueda venir] y me sigue [creer en Mí, conformarse a Mi ejemplo en la vida y, si es necesario, el sufrimiento o tal vez la muerte a causa de la fe en Mí] no es digno de Mí. Mateo 10:38 versión AMP
La vida de Cristo solo es alcanzada por la muerte, no hay otro camino.
No solo debemos animar a los demás a venir a Cristo para la salvación de su alma, debemos enseñarles a calcular el costo y a tomar su cruz, de lo contrario no serán dignos de Él. Dios no puede llenarnos de la vida de Cristo hasta que no seamos vaciados de la nuestra y eso conlleva un precio alto a pagar.
La cruz no es una señal o un amuleto, es una forma de vida, es donde nos derramamos para que Él se derrame en nosotros.
Pablo sopesó el costo y cuando las cosas comenzaron a salir como se esperaban, él no tropezó, no de devolvió, no se desilusionó del Señor ni de la vida cristiana, no se detuvo para pensar de nuevo en este asunto, sino que continuó, el asunto del costo a pagar ya estaba resuelto.
Muchas veces nos ofendemos con el Señor, detenemos nuestro crecimiento, pues paramos a sopesar el costo y nos damos cuenta que no estamos preparados para asumirlo. Pablo se llamó a sí mismo una libación derramada para Dios porque simplemente el costo no le importó.
Que el Señor nos ayude a no considerar el costo cuando las cosas se pongan difíciles, ya que seguir a Cristo con todo lo que implica vale la pena.
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