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Adriana Lelión

UNA PALABRA DE CONSUELO EN ESTA TEMPORADA NAVIDEÑA


Esta es una época del año de alegría, de reunirse con la familia, de compartir, de luces, colores y sabores; sin embargo, para muchas personas es una temporada muy difícil y más si están en duelo, esto puede ser realmente doloroso, nostálgico, angustiante y lo sé porque yo lo viví exactamente hace once años.


Todavía estoy en deuda con mi madre y con dos amigos, que desde la distancia me escucharon llorar y me consolaron sin querer darme consejos o tratar de que no llorara, no me juzgaron ni me analizaron, no me dieron en la cabeza con versículos bíblicos ni con frases rebuscadas, no compararon mi dolor con el de ellos o de algún otro conocido. Ellos simplemente reconocieron mi dolor, se interesaron por mí, me acompañaron sin ser imprudentes, fueron gentiles y comprensivos.


El duelo es tan tremendo que cada día se ve y se siente diferente, unos días estás bien, otros no quieres ni bañarte.


Realmente me molesta cuando alguien le dice a otra persona en medio de su duelo que no llore, estamos llamados a consolar, a llorar con otros y a orar por los demás.


Por eso mi oración por ti en estas festividades es que encuentres el consuelo de Dios en tu pérdida.


Recuerda que Jesús también vivió su dolor por la muerte de su amigo Lázaro y entiende el tuyo, no hay pena en este mundo por dolorosa que sea que Él no pueda consolar, un Dios perfecto como Él lloró lágrimas perfectas, murió para darnos vida y vida en abundancia, Él es la Luz que arranca toda oscuridad de nuestro corazón, que deshace como polvo toda tristeza, Él llena los vacíos que dejan nuestros seres queridos al partir, Él se hizo carne y habitó entre nosotros; por lo tanto, conoce nuestras luchas y nos ama con amor eterno, Su Espíritu es el Consolador.


Corre a Jesús y llora tu pena en sus brazos, serás consolado por su gran amor como lo hizo conmigo. 😉😀

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